Un mito nuevo
1.-Tras la lectura del libro, seguro que te sientes capacitado para crear un mito sobre ti mismo. La primera posibilidad que te sugerimos es que confecciones un mito de tema libre. Para ello, te aconsejamos que sigas las siguientes pautas:
A) Reflexiona primero sobre el tema principal del mito y sobre la función que quieres darle.
B) Elige cuidadosamente a los dioses y personajes humanos que protagonizarán el relato y decide qué cualidades resaltarás en unos o otros.
C) Escoge el lugar en el que se desarrolla la acción.
D) Decide qué elementos maravillosos o mágicos incorporarás a la trama.
E) Idea un desenlace en el que se refleje claramente la función que le has asignado al mito.
Malia había huído de la casa de su amo, había robado provisiones y algo de dinero. Se tapó la cara con una pashmina y corrió. No paró de correr hasta que llegó a un gran río, en el cual se mojó la cara y bebió algo de agua pues no decidió parar en ningún instante hasta que encontró un lugar seguro. Miró su reflejo en el agua, algunas ramas le produjeron cortes menores que lavó con algo de agua y trató con unas hierbas medicinales de la zona. Malia había nacido con el don de la sanación, pero para entonces ella no lo sabía. El río era una calmada balsa de agua, con pequeñas corrientes que bajaban hacia el mar, miró las débiles olas que llegaban a la orilla, y ahí el agua se tornó como un espejo, pero reflejando a la diosa Hera.
—Malia, tú no perteneces a este lugar, tu padre, Asclepio, te espera en tu hogar.—A continuación, la imagen de Hera desapareció, para dar paso a un gran mapa de la isla de Creta, y en el nordeste una cruz se posaba en el mapa— Ahí es donde debes llegar, tu hogar, donde encontrarás a tu padre. Si necesitas comprobar tu recorrido, me puedes encontrar en cualquier lugar que haya agua.— Y dicho esto, la diosa desapareció—.
Malia digirió todo eso como pudo. Sabía que Asclepio era el dios de la sanación y curación, a lo que se dedicaba en la casa de su amo (entre otras labores). También sabía que nunca había conocido a su padre ni a su madre, ella siempre ha estado en el caserío de su amo, donde creció, ignorante de su pasado. Desde Hereclión, donde vivía ella hasta aquel municipio, habían 36 arduos kilómetros. No tenía dónde ir, así que aquel podía ser el mejor lugar al que acudir.Eso sin contar la creciente curiosidad que se apoderaba en su interior por las ansias de conocer a su padre y saber sobre su pasado.
Tardó más de una semana en llegar al lugar indicado. Hera había sido de gran ayuda, recordando el camino a seguir y guiándola los días más lluviosos y nublados, tanto los soleados y calurosos. No entendió por qué la ayudaba, pero decidió aceptar aquella ayuda gratuita. Finalmente llegó a su destino, pero allí se encontró una gran guerra que devastaba todo por donde iba. Malia, atónita se alejó de la ciudad y se acercó a un charco, y llamó a Hera, ésta apareció como siempre le había pedido.
—¿Por qué me has traído hasta aquí?
— Tu protectora, Atenea, diosa de la guerra me ha pedido que libres esta batalla por ella, tu padre, que libres a este municipio de la tiranía.
— No tengo ningún tipo de conocimiento sobre la guerra.
— Para tu suerte, tu protectora te seguirá en tu camino, solo tienes que tomar esta espada—Una espada de una fina y afilada hoja apareció junto al charco, en el puño de ésta una fina M estaba tallada y un hilo de color escarlata le daba forma a esa letra—.
Malia empuñó la espada y se colocó una resistente armadura de hierro de un soldado muerto. Atenea la siguió tal y como Hera le había prometido, y gracias al don de su padre, la sanación, pudo ganar aquella batalla con pocos soldados caídos, donde hoy en día se les rinde homenaje en el valle de los caídos del municipio de Malia, donde su salvadora tiene un templo en el que sus sucesores la adoraron por liberar a aquel lugar de las manos del rey y sus vasallos.
A) Reflexiona primero sobre el tema principal del mito y sobre la función que quieres darle.
B) Elige cuidadosamente a los dioses y personajes humanos que protagonizarán el relato y decide qué cualidades resaltarás en unos o otros.
C) Escoge el lugar en el que se desarrolla la acción.
D) Decide qué elementos maravillosos o mágicos incorporarás a la trama.
E) Idea un desenlace en el que se refleje claramente la función que le has asignado al mito.
Malia
Malia había huído de la casa de su amo, había robado provisiones y algo de dinero. Se tapó la cara con una pashmina y corrió. No paró de correr hasta que llegó a un gran río, en el cual se mojó la cara y bebió algo de agua pues no decidió parar en ningún instante hasta que encontró un lugar seguro. Miró su reflejo en el agua, algunas ramas le produjeron cortes menores que lavó con algo de agua y trató con unas hierbas medicinales de la zona. Malia había nacido con el don de la sanación, pero para entonces ella no lo sabía. El río era una calmada balsa de agua, con pequeñas corrientes que bajaban hacia el mar, miró las débiles olas que llegaban a la orilla, y ahí el agua se tornó como un espejo, pero reflejando a la diosa Hera.
—Malia, tú no perteneces a este lugar, tu padre, Asclepio, te espera en tu hogar.—A continuación, la imagen de Hera desapareció, para dar paso a un gran mapa de la isla de Creta, y en el nordeste una cruz se posaba en el mapa— Ahí es donde debes llegar, tu hogar, donde encontrarás a tu padre. Si necesitas comprobar tu recorrido, me puedes encontrar en cualquier lugar que haya agua.— Y dicho esto, la diosa desapareció—.
Malia digirió todo eso como pudo. Sabía que Asclepio era el dios de la sanación y curación, a lo que se dedicaba en la casa de su amo (entre otras labores). También sabía que nunca había conocido a su padre ni a su madre, ella siempre ha estado en el caserío de su amo, donde creció, ignorante de su pasado. Desde Hereclión, donde vivía ella hasta aquel municipio, habían 36 arduos kilómetros. No tenía dónde ir, así que aquel podía ser el mejor lugar al que acudir.Eso sin contar la creciente curiosidad que se apoderaba en su interior por las ansias de conocer a su padre y saber sobre su pasado.
Tardó más de una semana en llegar al lugar indicado. Hera había sido de gran ayuda, recordando el camino a seguir y guiándola los días más lluviosos y nublados, tanto los soleados y calurosos. No entendió por qué la ayudaba, pero decidió aceptar aquella ayuda gratuita. Finalmente llegó a su destino, pero allí se encontró una gran guerra que devastaba todo por donde iba. Malia, atónita se alejó de la ciudad y se acercó a un charco, y llamó a Hera, ésta apareció como siempre le había pedido.
—¿Por qué me has traído hasta aquí?
— Tu protectora, Atenea, diosa de la guerra me ha pedido que libres esta batalla por ella, tu padre, que libres a este municipio de la tiranía.
— No tengo ningún tipo de conocimiento sobre la guerra.
— Para tu suerte, tu protectora te seguirá en tu camino, solo tienes que tomar esta espada—Una espada de una fina y afilada hoja apareció junto al charco, en el puño de ésta una fina M estaba tallada y un hilo de color escarlata le daba forma a esa letra—.
Malia empuñó la espada y se colocó una resistente armadura de hierro de un soldado muerto. Atenea la siguió tal y como Hera le había prometido, y gracias al don de su padre, la sanación, pudo ganar aquella batalla con pocos soldados caídos, donde hoy en día se les rinde homenaje en el valle de los caídos del municipio de Malia, donde su salvadora tiene un templo en el que sus sucesores la adoraron por liberar a aquel lugar de las manos del rey y sus vasallos.
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